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Una expedición de voluntarios trae a 45 refugiados de Ucrania


En solo 5 días se ha repartido ayuda humanitaria en la frontera con Ucrania y se han traído a España 45 personas de zonas de guerra, la mayoría mujeres y niños. Ernesto Flores, médico de la expedición, nos cuenta todos los pormenores de este viaje de solidaridad. Una especie de diario que ha ido escribiendo en el autobús y que nada más terminar el viaje nos envía.


Gracias a la ayuda de varios patrocinadores, el autobús iba lleno de productos de primera necesidad y volvía con corazones rotos pero llenos de esperanza y agradecimiento por tanta solidaridad y apoyo.


La expedición ha estado coordinada por la comunidad ucraniana en España que es quien se encarga de localizar a las personas que huyen de la guerra y buscar la forma que traerlos junto a familiares o amigos aquí en España. La ejecución es otra cosa y ahí es donde entran en acción los clubes rotarios de Murcia y Molina de Segura. Se buscan patrocinadores para los gastos del autobús, los conductores, la traductora, el material necesario y voluntarios como Ernesto Flores, médico de la expedición que nos cuenta cómo han transcurrido estos 5 días con todo detalle. Desde el Observatorio queremos traer aquí este testimonio que es solo una de las cientos de acciones de solidaridad que cada día surgen de manera espontánea en España. Nuestro reconocimiento y admiración a todos las personas que anónimamente ponen su granito de arena para paliar los efectos de esta guerra incomprensible.



DIARIO DE LA EXPEDICIÓN


DIA PRIMERO: miércoles 20 de abril a las 03:45h, con los últimos estertores del Bando de la Huerta, me dirijo cargado con la mochila sanitaria y un trolley a la Plaza Circular de Murcia donde un autobús espera.

Soy Ernesto, el médico de la misión humanitaria hacia Polonia, junto con Rubén del Baño, el organizador y Tatiana nuestra interprete. Junto con tres chóferes (Valentín, Abdel y Marcos) vamos a recorrer 6.000 km atravesando toda Europa con una tonelada de material humanitario a la ida y 45 refugiados a la vuelta.

A las 04:10h empieza el viaje.

El material consta de equipo médico de primera necesidad, alimentos no perecederos para adultos y niños, mantas, una silla de ruedas, pañales para adultos y lactantes, toallitas higiénicas y más cosas, donadas por empresarios y ciudadanos anónimos.

Diversas asociaciones de ucranianos en España están canalizando las necesidades familiares de reagrupamiento, y ajustando los traslados a nivel regional, con otras organizaciones listas para ello, como el Rotary Club, al que pertenezco.

Tres semanas atrás comenzó a gestionarse este segundo viaje (hubo otro anterior el mes pasado), y así el club Rotary de Murcia, Murcia Norte y Molina de Segura, iniciaron los trabajos para conseguir financiación con el objetivo de conseguir un flete lo antes posible con las máximas garantías de seguridad y calidad. Una vez conseguido, se fijó fecha del viaje y adelante.



El bus ya está en camino, sobre la marcha se van haciendo los últimos ajustes en cuanto al itinerario de ida y los hoteles, la entrega del material a su llegada y la revisión una y otra vez de la lista de refugiados, asegurando que tengan familia de acogida ucraniana o española a su regreso.

No para de llover hasta Lyon, donde el caudaloso Ródano nos saluda con un sinfín de pequeñas barcazas de transporte en un ir y venir constante.

Tras las obligadas paradas, cenamos a toda prisa una exquisitez de hamburguesa en un monísimo restaurante francés, donde, tras explicarle nuestra prisa y el motivo del viaje, se desvivieron por nosotros.

Finalmente, sobre las 01:00h llegamos a la localidad de Belfort muy cerca de la frontera con Alemania, donde pernoctamos.


DIA SEGUNDO: jueves 21 de abril, ya repuestos los miembros de la expedición, reemprendemos la marcha, en tierras germanas. El móvil de Rubén no para de sonar, es Natalia, la responsable ucraniana en la Región de Murcia, actualizando la lista y otros detalles. El plan es ir directos a Cracovia y alojarnos allí.

Hace sol, buena música a bordo, buena compañía, empezamos a conocernos todos, Rubén miembro del club rotario Murcia Norte focaliza todas las llamadas, tiene experiencia pues ya organizó la primera expedición, está sacrificando sus días como autónomo para este menester. Tatiana lo mismo, afincada en España desde hace más de 20 años, nos habla de sus planes de boda con un chico local, y que está gastando sus días de autónoma para satisfacer las exigencias de esta expedición.

En cuanto a mí, he empleado 3 días de vacaciones y dejando mi Servicio de Urgencias en el Hospital de Caravaca de la Cruz hecho una calamidad pues ayer tenía a tres facultativos de baja por COVID y hoy ya tengo a cinco.

Las coordinaciones de los turnos se hacen sobre la marcha, la verdad es que me ha venido muy oportuno este viaje para desconectar un poco.

Con todo y eso, nos ponemos al día sobre la actualidad que sacude el continente europeo y el motivo por el que tres personas dejan atrás a sus familias y trabajo, y se dedican a usar 4 días de su tiempo a algo mucho más trascendente.

Las áreas de descanso alemanas son curiosas, debes pagar 50 cts. para ir al WC, por lo demás tras varios atascos increíbles cerca del área financiera de Frankfurt, seguimos la ruta según el horario estimado.



Ya es de madrugada y entramos en Polonia, debemos parar para el relevo de los chóferes, cuando nos bloquea un convoy militar norteamericano. Cuatro enormes camiones con contenedores están obstruyendo la salida del complejo de descanso, allí están de pie junto a sus vehículos, con sus uniformes de camuflaje, sin moverse, sin atender a los requerimientos de otros chóferes también atrapados.

Hasta que dos furgonetas de la policía militar polaca hacen su aparición, y logran desatascar el embotellamiento, dejando pasar primero, claro está, a los vehículos militares.

Pronto los alcanzamos en la autovía, ellos portando material militar, nosotros pañales y alimentos. Todos juntos se encontrarán en Ucrania, cada uno lleva lo que tiene a mano.

Son las 05h y con las luces del alba, finalmente llegamos a las afueras de Cracovia donde un confortable hotel recibe a nuestros doloridos músculos. Allí mismo, poco después, se realizará la transferencia del material.


DIA TERCERO: viernes 22 de abril, casi sin tiempo para desayunar, nos esperan en el parking del hotel dos furgonetas y dos muchachos ucranianos bien musculados, que, tras la primera identificación y comprobación de la bodega de carga, nos suplican que comenzamos lo antes posible, pues van a tener atasco en la frontera con su país.

Tres largas horas después, nos hacemos una foto con ellos y con casi las ruedas rozando el eje trasero, las dos furgonetas parten a la zona de conflicto.

Nosotros exhaustos, nos dirigimos a comer algo, pues por motivos de horario de descanso de nuestros conductores, hasta las 16h no pueden arrancar el autobús.

Nuevas llamadas de Natalia, nuevas actualizaciones y por la tarde nos dirigimos al centro de la ciudad considerada la más bella de Polonia, cerca de los almacenes Marcowska, lugar para el punto de encuentro según el grupo WhatsApp. Hemos puesto la bandera española para que nos pudieran localizar correctamente. En menos de 10 minutos, llegan los primeros refugiados, me llaman la atención los pocos enseres que llevan consigo, me conmueve observar las despedidas... Dejan atrás abuelos, maridos y por delante incertidumbre.

Tras control de pasaportes y de acuerdo con nuestra lista, todos van subiendo a bordo, hay además de 45 refugiados, tres gatos, un periquito y un hámster.

Falta una mujer que no responde al móvil, y sus familiares en España no pueden localizar, así que salimos la intérprete y yo a intentar buscarla, con una foto de pasaporte en nuestros móviles.

Dichos grandes almacenes están conectados con la estación de buses y de ferrocarril, donde una cantidad ingente de personas cruzan día a día y a todas horas. Imposible encontrar a nadie.

Advertimos varios locales de ayuda al refugiado, donde tras una corta cola, les dan alimentos, bebidas calientes, cama, consuelo e información. Decenas de jóvenes polacos voluntarios pasean las instalaciones ayudando a todo el que se lo pide. Pero no encontramos a nuestra persona en concreto, el tiempo sigue pasando y debemos emprender el regreso.

Caras de cansancio, las expresiones de sus rostros reflejaban eso, cansancio, tristeza, con sonrisas forzadas en atención a sus hijos, miradas perdidas, como si quisieran transmitir que están inmersos en una pesadilla. Cogidos de las manos para no separarse, el aspecto en general es como nosotros. Si es que somos nosotros, vestidos, móviles, tarjetas de crédito, todo igual, pero ellos perdidos y confusos, nosotros no.

Tras varias tristes despedidas, el autobús arranca por fin, con 3h de retraso. Posteriormente encontraron a la pasajera perdida, en otro lugar, sin explicación de porqué tenía su móvil apagado y con un fuerte ataque de stress. Ahora está en manos de la asociación de ucranianos en Cracovia.

Los niños felices por ver una película de dibujos animados, las madres y mayores, acomodándose en el bus, con su tristeza interior, en un vano intento por no mostrarla a sus hijos, viendo a través de la ventanilla como sus familiares directos se quedan en la acera, fruto de decisiones difíciles, durísimas, inimaginables 2 meses antes.

Emprendemos la marcha de vuelta a España, el autobús marcha la misma ruta que los sueños de estas personas. Vivir en paz en otro lugar y prosperar.


DIA CUARTO: sábado 23 de abril, de madrugada cerca ya de la frontera con Alemania, en la incomodidad de dormir en una butaca, me sobresalta a una señora paseando a su gato con collar a lo largo del pasillo, unos minutos antes, tras varios maullidos de enfado, su dueña claudicó, premiándolo con su merecido paseo nocturno. El amor a los animales define la grandeza de un pueblo.

Las áreas de descanso alemanas son peculiares, ya lo expresé anteriormente, y las máquinas expendedoras para el pase al WC no entienden de tarjetas de crédito, o tienes metálico o no pasas, menos mal que teníamos calderilla en abundancia.

Tras varias paradas para estirar las piernas, comer, y tomar el poco sol del cielo alemán, los rostros comienzan a relajarse un poco.

Hacemos una ronda por el pasillo del autobús, repartiendo zumo de naranja, manzanas, galletas y siempre una sonrisa, varias veces, y ya comienzan a esbozar una timina mirada de confianza. Tienen tantas cosas en la cabeza, que a lo mejor un vaso de zumo es lo último que quieren.

Por la tarde llegamos a Belfort, Francia, de nuevo (allí no hay que pagar para ir al WC), comen el delicioso pan francés y se relajan paseando.

En una floristería aprecio un ramo de flores sencillo, en el centro del escaparate, está confeccionado con claveles de color amarillo y azul, los colores de la bandera de Ucrania, y allí comprendo que tras una ola militar viene una ola de solidaridad, la grandeza del amor humano reflejado en un sencillo ramo.


Más llamadas telefónicas y mensajes, Rubén está coordinado con su enlace en España, la transferencia de varios pasajeros en Tarragona y Valencia, pues le pilla al paso. Entre el pasaje hay una maestra de español, y ya tiene ofertas de trabajo en Murcia, ya que sus conocimientos van a ser muy reclamados en varias escuelas.

He atendido a dos chiquillas con náuseas y febrícula, nada preocupante, prácticamente no he tenido que intervenir. Tatiana, nuestra interprete ha averiguado que el pasaje procede de diferentes zonas de guerra, esto quedó demostrado cuando en una parada de descanso, un avión pasó cerca, y un niño pequeño señalo al cielo, comenzando a llorar, su madre a duras penas podía consolarlo.


DIA QUINTO: domingo 24 de abril, ya en España, tras ir dejando a varios pasajeros en Tarragona y Valencia. Familias que lo tenían todo, como nosotros, cuyo mundo se ve reducido a una butaca de autobús y un macuto, que ahora tienen una oportunidad de comenzar de nuevo, o por lo menos vivir en paz.

Llegada final a Murcia, donde nos reciben con chocolate y churros. Ahora es el turno de la familia de acogida y todos nuestros amigos ucranianos comienzan una nueva etapa de esperanza, sin abandonar lo que dejaron atrás. Queda por coordinar otros destinos, sacar billetes para Madrid y otras ciudades según su destino final, y más detalles de intendencia.


Nosotros solo los hemos llevado, un pequeño episodio en esta pesadilla, la ola de humanidad y solidaridad está presente en toda Europa, esto no tenía que haber comenzado nunca.


ERNESTO PEREZ FLORES, médico de la expedición




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